“La Revolución Personal”
14 de Elul de 5776 כִּי-תֵצֵא, י”ד אלול, תשע”ו
Mientras observo como progresa la locura en este planeta y me pregunto cómo podremos arreglar las cosas, empiezo a entender cómo Moshé se ha de ver sentido frenéticamente cuando estaba hablándole a su pueblo tanto como pudo antes de dejarlos. Nuestro Creador le dio los principios de la Torá para impartirlo a nosotros para que podamos cambiar nuestras vidas y ser fieles a nuestra vocación. Estos principios dados hace unos 4000 años que han resistido la prueba del tiempo. Nos enseñan la responsabilidad personal y el respeto por nuestros vecinos, por el prójimo, y muchos de ellos son especialmente para las mujeres. Puesto que hemos sido creados a imagen y semejanza del Creador con sus características, somos más que seres físicos simples; también podemos conectar con el reino espiritual que permite el crecimiento interno y la transformación metafísica. A esto le llamo “La revolución personal”.
Nuestro Creador nos dio la capacidad de pensar, de actuar y de responder – que significa que tenemos una responsabilidad. El Creador nos ha dotado de una capacidad más importante – “autolimitación”, que hay que ejercer con el fin de vivir con éxito dentro de cualquier comunidad, especialmente cuando es tentado o provocado. Rabino Shaul alias Apóstol Pablo nos dijo que todo está permitido, pero no todo nos conviene.
La Torá presenta una imagen para nosotros de esa manera estos principios se imprimen de forma indeleble en nuestra psique. Por ejemplo, en Deuteronomio 21:10 describe cómo el soldado en la guerra con sus enemigos necesita tratar a una hermosa mujer que ha tomado cautiva. Ningún otro ejército del mundo se ha dado estas instrucciones. Le recomiendo que lea esto por sí mismo con el fin de ver cómo este joven se le dice que debe actuar con moderación. El resultado de esto es que él escogiera casarse con ella o no, encontrando la verdadera belleza dentro de ella, o si no, él sería misericordioso y permitiría que ella se fuera. Por el contrario, vemos grupos hoy en día que se les enseña a abusar de las mujeres en la forma más vil de formas de acuerdo a las enseñanzas de su religión. La Torá le dio la igualdad a las mujeres y ofreció protección a ellas que se consideraban que tenían mucho menos valor que el ganado vacuno. La viuda, el huérfano y el extranjero debían ser atendidos y proveerles. Un hombre no podía repudiar a su mujer simplemente porque no estaba contento con ella. La Torá proporciona un sistema de justicia para todas estas circunstancias. Hoy en día las chicas jóvenes y mujeres son compradas y son vendidas a la prostitución debido a que los principios y valores de la Torá no se cumplieran.
Las diversas regulaciones tales como el préstamo de dinero, no al uso de ropa de fibras desiguales, el desbalance de unir juntos en yugo al buey y al burro, permitiendo que la madre pájaro abandone el nido antes de tomar sus huevos, todos estos principios están relacionados y eran enseñanzas necesarias para aquellos que formaban parte de Israel. Si pudiéramos cuidar de las más pequeñas criaturas, ¿cuánto más podríamos tener compasión por nuestros semejantes? Nuestro Creador nos está advirtiendo de no convertirnos en asesinos pero tener respeto y reverencia por la vida y esto comienza con los animales. Lamentablemente hoy en día hay gente en este mundo que son bárbaros no les importa a quienes asesinan. Ni siquiera se preocupan por su propia vida y esto a la larga conduce a la destrucción de la humanidad. Al comienzo en el Libro de Génesis, Caín fue interrogado por el Creador “¿dónde está tu hermano?” Y él respondió “¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?” La respuesta es sí; la Torá nos enseña que todos somos guardas de nuestros hermanos.
Moshé también nos dice que hay que recordar a los amalecitas que nos habían atacado desde atrás tratando de destruir a Israel sin una buena razón. ¿Qué representan los amalecitas? No se trata de los amalecitas como una tribu o una raza, pero más que todo representan a personas que son absolutamente brutales. Esto es lo que estamos viendo en el Oriente Medio hoy en día y es lo que llamamos “Sinat Jinam” – “odio gratuito”. Los amalecitas representan las personas que no les importan nada y nadie y destruyen solamente por la pura causa de destrucción. Ellos no construyen nada; sólo derriban. Nuestro Creador nos está diciendo que estas personas no merecen vivir en nuestra sociedad porque ellos nos destruirán si no los detenemos. Nuestro Creador está en contra del odio gratuito. Él nos enseña a no odiar a nadie todo lo contrario debemos ayudar a otros. Sin embargo, tenemos el derecho de defendernos de aquellos que tratan de destruirnos. Nuestra vida es sagrada y nadie tiene el derecho de quitárnosla. Este es un principio de la Torá: somos nosotros los únicos responsables de nuestros pecados como se dice en Deut. 24:16 “Los padres no serán sometidos a la muerte por sus hijos, ni sus hijos se someterán a la muerte por sus padres; una persona se le dará muerte por su propio pecado”.
Hoy en día la responsabilidad de nuestras propias acciones ha sido sustituida pasando la culpa a alguien o algo más. El Todopoderoso nos dio libre albedrío y esto conlleva la responsabilidad de nuestro comportamiento. En esta época del año, ya que nos acercamos a las altas fiestas y como hacemos teshuvá, no es suficiente con decir que lo siento, perdóname; tenemos que buscar dentro de lo que hemos hecho mal, reconocerlo, y luego hacer la restitución. Sólo entonces podemos hacer una diferencia en este mundo. Sólo entonces las puertas del cielo se nos abrirán.