21 Elul 5782
Preparándonos para una vida juntos….
Recuerdo cuando era soltero, no tuvimos nunca una escuela para prepararnos para vivir una vida matrimonial, y el matrimonio que hemos construido con Evelyn, mi esposa, ha sido fruto de pruebas y errores, de aciertos y desaciertos, no el típico cuento de Hadas que vemos en películas, donde tuvimos que aprender y seguimos aprendiendo aún luego de 19 años de matrimonio a comunicarnos.
Para que un matrimonio sea estable, debe existir una comunicación clara, en ambos sentidos, y establecer reglas sobre lo que es permitido, cómo actuar, cómo comportarse, cómo establecer una relación clara y transparente. Asimismo, para poder amar a otra persona, es necesario lidiar con un mismo, porque si ni siquiera me amo o me soporto, ¿cómo podré abrir mi corazón a otra persona para poderla recibir?
Mientras retrocedía un poco para ver este parashá desde la distancia mientras nuestro RANEBI nos enseñaba sobre muchos temas, noté que durante este mes de Elul, antes de Yom Teruah (o Rosh Hashaná) y Shemini Atzeret o el día adicional Simchat Torah, es similar a un hombre que quiere construir un “nuevo hogar” para que su novia habite con él. “וְהָיָה, כִּי-תָבוֹא אֶל-הָאָרֶץ, אֲשֶׁר יְהוָה אֱלֹהֶיךָ, נֹתֵן לְךָ נַחֲלָה; וִירִשְׁתָּהּ, וְיָשַׁבְתָּ בָּהּ.”
“Y cuando hubieres entrado en la tierra que el Eterno, tu Dios, te da por herencia, y la poseyeres y habitares en ella” …
Cuando leía estas palabras vino a mi la imagen de que HaShem nos está dando una promesa como un novio le da a una novia (Israel), de un lugar en dónde habitar (Eretz Israel), para tener una relación, pero una relación que alumbre, que sea luz. ¡Cuánto debemos aprender de la relación que Dios quiere con su Pueblo para aplicarla a nuestros hogares hoy en día! Veamos:
Primero, una relación debe estar basada en agradecimiento. En nuestra porción en el verso 3 capitulo 26 dice: “Yo declaro hoy al Eterno, tu Dios, (y le manifiesto mi gratitud) porque he entrado en la tierra que juró el Eterno a nuestros padres que nos daría.” Si en una relación, cualquiera que sea, damos todo por sentado, porque lo merezco, o demuestro indiferencia, no durará mucho tiempo. Dice el salmo 50:23 “Quien me ofrece su gratitud, me honra; al que enmiende su conducta le mostraré mi salvación.” El Salmo 107:1 “Den gracias al Señor, porque él es bueno; su gran amor perdura para siempre.” Demos gracias por lo bueno, y por lo aparentemente malo. Escuché esta semana un shiur que enseñaba que el rabino Issac Luria decía que las bendiciones es cuando el Eterno se manifiesta claramente de día, y que las maldiciones son cuando Él, bendito sea, esconde su rostro de nosotros, es el ocultamiento de una bendición. Así que, también lo aparentemente malo para nosotros es también bueno. En nuestro hogar tenemos en este momento tapada la entrada de agua a la casa, y no puedo repararla porque existen leyes que me prohíben hacerlo, tengo 23 días de estar esperando a que la compañía de servicio de agua venga a repararla, ¡increíble! Pero en esta situación aparentemente mala, he visto la mano del Eterno porque ¡no ha hecho falta agua para beber, bañarnos, cocinar, limpiar platos y lavar nuestra ropa! Me he dado cuenta de la bendición de tener familia cercana, de la inteligencia para suplir agua a nuestra casa.
Segundo, tener memoria de nuestro pasado y ver cómo por la misericordia de Dios estamos en dónde estamos hoy en día. Esto nos permite mantener los pies en la tierra, alejar de nuestro ser el orgullo y “fantasías” sobre quienes somos, ya que somos lo que somos por el favor del Eterno. Por ello, nos hace recordar en voz alta que un Arameo quiso hacer perecer a nuestro padre, nos recuerda el paso en Egipto y de cómo Dios oyó nuestra voz, y vio nuestra aflicción, fatiga y opresión, y cómo nos sacó y nos trajo a su tierra escogida para nosotros (26:6-8). En este caso recordar es positivo, porque nos permite llegar a la conclusión como dijo Rav Shaul: “Soy lo que soy, por la gracia del Eterno”. En nuestra congregación me he sorprendido de tantas historias fascinantes, de cómo unos vienen de hogares disfuncionales, otros de creencias huecas (sin sentido), otros de depresiones, otros de lejos y han llegado a prosperar gracias al Eterno, etc. y al escuchar a todos, realmente todos están en su posición actual, sólo gracias a Él, gracias a su bondad, gracias a su favor. Es bien lindo leer: “la tierra que el Eterno escogió para ti (26:9)” y siguiendo en la relación novio-nova, que están por casarse, ¿acaso un novio no buscará lo mejor para su novia? ¿algo que le agrade? ¿un lugar en que esté segura? Lo mismo hace HaShem con nosotros.
Tercero, el amor no es egoísta, da, retorna, no por trueque, por amor. En este sentido nos habla del diezmo, damos de lo que Dios nos da. Lo mismo en nuestros hogares, el agradecimiento debe ser concretizado en acciones. Decir te amo, y no converso, no limpio el piso, no lavo platos, no saco basura, no ordeno, no cuido del otro, ¿es amor? Hoy muchos matrimonios se han disuelto porque fueron utilitarios, para satisfacer una necesidad de afecto, pero no se concretizaron porque el egoísmo cegó a las personas, y empezaron a ver las carencias del otro, y no el potencial de lo que ellos debían dar al otro. En esta porción, nosotros damos, y el Eterno también nos da. Por ello es una relación. El nos honra delante de otros pueblos (26:18-19), nos dice: “Y el Eterno te ha ensalzado hoy para que seas para El su pueblo predilecto como te lo ha hablado”. V’Adonay he’emirja hayom liheyot lo le’am sgulah ka’asher diber-laj….” וַיהוָה הֶאֱמִירְךָ הַיּוֹם, לִהְיוֹת לוֹ לְעַם סְגֻלָּה, כַּאֲשֶׁר, דִּבֶּר-לָךְ “a fin de que Él te ensalce sobre todas las naciones que hizo; (te exaltó) en loor, en fama y en gloria, y a fin de que tú seas un pueblo santo para el Eterno, tu Dios, como El habló.” ¿no es suficiente para dar gracias a Dios? ¡Eres escogido por el Eterno!
Cuarto, una relación necesita compromiso de ambas partes. Leemos el capítulo 27:1, “Guardad todo el mandamiento que os ordeno hoy”, el compromiso se manifiesta al hacer propias todas estas palabras de la Torá, (mitzvot, juquim, mishpatim), por ello el 27:2-3 nos dice que debemos “erigir para ti, escribir para ti”.
Quinto, una relación necesita regocijarse juntos. ¿puedes estar con una persona que parece momia? ¿una persona inexpresiva? ¿cuándo fue la última vez que reíste con alguien? El 27:7 nos ordena “Y ofrecerás sacrificios de paces, y comerás allí y te regocijarás ante el Eterno, tu Dios”.
Sexto, una relación necesita reglas claras y conocer las consecuencias de estas reglas, lo cual leemos desde el 27: 11 al 28:69, en la llamada tojejá, amonestación. Me llamó la atención que dentro de los del grupo que profirieron las bendiciones estuvo Shimon, a quién su padre le dijo: “maldita sea tu ira” (Gen. 49:7), vemos el amor de Dios acá, permitiéndole hacer un Tiqqun (restauración) expresando bendiciones. En algunas sinagogas leen en voz baja estas maldiciones, sin embargo, me encantó del Rab. Abraham Ashkenazi escuchar decir: Dilas en alto, porque al escucharlas no las practicarás y se convertirán en bendición.
Séptimo, una relación estable, necesita intimidad, necesita entrar en el corazón del otro. Cierra nuestra porción diciendo que luego de 40 años en el desierto, Israel tenía un problema, 29:3: “pero hasta el día de hoy no os ha dado el Eterno corazón que entienda, ni ojos que vean, ni oídos que oigan.” Mi esposa no necesita decirme en voz audible para saber que he “metido la pata” en algo, basta ver su mirada para saberlo. Lo mismo, un corazón entendido, para saber sus intenciones. Por ejemplo, no necesito ser un graduado en psicología para saber cuando ella me dice: “no tengo ganas de cocinar” es que me quiere decir, “quiero salir contigo y conversar”, y entender sus distintos tonos de voz para saber que algo está bien o mal. ¿cómo es nuestra relación con Dios? No dejo de sorprenderme ya que nuestra porción de Isaías nos invita a ser diferente, dice Isaías 60:1 “¡Levántate y resplandece, que tu Luz ha llegado! ¡La gloria del Señor brilla sobre ti!”
Una relación requiere trabajo, necesita madurez, necesita recuerdos incluso aquellos que fueron dolorosos para unirse más, alegrías, risas, necesita acción. Levantémonos como nos invita Yesayahu porque nuestra Luz, nuestro novio, HaShem, ¡Ha llegado! ¿estás preparado para vivir una vida junto con HaShem?
Shabat Shalom
Mauricio Quintero