30 Av 5782
¿Alguien está escuchando?
La grabación de la mensaje: https://youtu.be/ohWNtCI1q5U
En este parashá D’s nos da una especie de “fórmula” para la bendición. La fórmula de la bendición es oír a D’s.
Oír es percibir un sonido, lo cual requiere el funcionamiento del sentido del oído y el sistema auditivo para interpretar de qué se trata. Escuchar, en cambio, involucra no solo la acción de oír los sonidos, sino comprenderlos y responder en función de dichos estímulos.
Escuchar es obedecer, es decir, “oír desde abajo”, considerar la palabra del Eterno como configuradora de mi propia existencia. Tomo esa palabra para poder continuar mi camino en la vida. Entonces, más que oír, debemos escuchar la voz de D-s.
Escuchar la voz de D-s debe ser uno de nuestros valores fundamentales. Como una fuerza impulsora profundamente arraigada en nuestro ADN. Es a través de escuchar la voz de D-s y obedecerle que podemos avanzar en nuestro crecimiento y lograr alcanzar nuestras metas. Dios habla todo el tiempo y de muchas maneras, pero a menudo estamos demasiado ocupados para detenernos y escuchar.
Los comentaristas explican que la entrega de la Torá no ha terminado, como está escrito, “El sonido de la trompeta aumentaba mas y mas” (Deuteronomio 19:19).
Los Sabios nos dicen que el oído externo sirve como un embudo para recolectar las ondas sonoras y dirigirlas al oído interno. Es decir, las ondas sonoras son recogidas del entorno y entran por el oído como un líquido por un embudo y en ese momento se hacen más “personales”. Es así que la voz de D-s se hace personal para cada uno de nosotros y aunque está dirigida a todo el mundo la tomamos como si estuviese dirigida solamente a cada uno de nosotros en forma individual.
No podemos ver a Dios, pero podemos oírlo y Él a nosotros. Es a través de la palabra, hablando y escuchando, que podemos tener una relación íntima con D-s.
Las bendiciones de las que se nos habla en este parashá las recibiremos al escuchar la voz de D-s, es decir, al oír y obedecer. Bendición es la toma de conciencia del origen y objetivo de todo pensamiento, emoción y situación a los cuales la vida nos enfrenta. ¿Qué significa esto?
El entendimiento más común de lo que significa ser bendecidos por D-s es que recibimos cosas buenas de Él.
Todos alguna vez hemos escuchado a alguien decir: “D-s me ha bendecido” y usualmente lo relacionamos con el éxito, la salud, las riquezas o un trabajo. Pero ¿acaso la bendición de D-s está limitada solamente a las cosas materiales? Cuando D-s le dijo a Abram, por ejemplo, en Génesis 12:3: “Y serán benditas en ti todas las familias de la tierra”, ¿quería decir que todas las familias tendrían una buena vida material? Nada tiene el hombre que no le sea dado del Cielo. Es la conciencia de esa dádiva y el reconocimiento de que todo proviene de lo Alto, donde se encuentra la bendición, pues en ese momento podemos agradecer por todo lo recibido y ese agradecimiento nos acerca al Bore Olam, al Creador de todo.
Lo contrario es igual de simple: la maldición es no escuchar a D-s. Está escrito” Hoy…si escuchas su voz…” Esto es muy importante. Ya sea en relación con el sustento diario o de otras necesidades, el hombre no debe preocuparse del mañana. Debemos poner ante nosotros ” este día y este momento”. El pensar en el futuro a veces nos hace sentir una enorme carga, pero si pensamos en lo que tenemos en este día solamente la carga se hará más liviana.
La Torá dice: ” Mira, hoy pongo antes ustedes bendición y maldición”. En otras palabras, ” les estoy dando a ustedes el poder hoy”. Lo que significa que nos concentremos en el día de hoy y no lo confundamos con el día de mañana.
En estos días de teshuvá, es importante que HOY, ESCUCHEMOS SU VOZ. Que llenemos cada día con mucha Torá, oración, Mitzvot y buenas obras para ser bendecidos y recibamos su misericordia.
Tomemos tiempo para “apartarnos” algunos momentos durante el día para estudiar Torá y meditar y oír la voz de D-s y dispongamos nuestro corazón para obedecer y seremos bendecidos con la conciencia de que todo proviene de Él.
Shabat Shalom!!!
Alejandro Alvarado