Bereshit 1:31 dice: “Y vio Dios todo lo que hizo, y he aquí que era bueno en gran manera”” וַיַּרְא אֱלֹהִים אֶת-כָּל-אֲשֶׁר עָשָׂה, וְהִנֵּה-טוֹב מְאֹד  “Vayar Elohim et-kol-asher asáh vehinéh-tov me’od.

Recientemente escuché por casualidad una canción de un hombre que expresaba “no tengo nada bueno en mi” e hilé este mensaje en un continuo bombardeo de ideas a nuestra juventud que les dicen: “Eres bueno para nada”. Este mensaje continuo ha provocado que nuestros jóvenes se conviertan en un fenómeno social llamado “Ni-Nis” (Ni estudian, Ni trabajan). En España se calcula que 1 de cada 5 jóvenes se clasifica en esta posición, en Italia un 25% de su población y en America Latina no estamos lejos de estos números alcanzado un 20% según expertos. 

Cuando nos creemos palabras que el Eterno no ha proferido, e inventamos canciones, o le decimos a alguien “eres un bueno para nada” estamos incumpliendo el mandamiento “No invocarás el Nombre del Señor tu Dios en vano”. ¿porqué? Porqué Él ya hizo un dictamen sobre su creación, que nos incluye a todos los presentes y generaciones futuras o pasadas, él ve que somos “Tov Meod”. 

Esta porción, cronológicamente sucedió después del Becerro de Oro, a pesar de la falla de Israel referente a la idolatría y que se tragaron sus palabras o buena voluntad de “hacer y obedecer” en menos de 40 días, creando un “dios a su imagen y semejanza”, y a pesar de haber visto las manifestaciones extraordinarias en el Monte Sinaí en donde no cabía la menor idea de que existe un Único Dios, Bendito sea Él, en términos humanos y con tono de crítica, pareciese ser que al juzgar por las acciones cometidas, este pueblo, no era “tov meod”. Sin embargo, en el orden de importancia del Eterno, él dejó a propósito el orden de relato escrito en la Torá para mostrar al mundo que Israel era Tov Meod a pesar de su falla, colocando el antídoto antes de la enfermedad, mostrando las características buenas de Israel antes que mencionar sus errores, es como no quitarle su honor a Su pueblo. 

Tov Meod, no significa que era perfecto, es decir, que no cometía errores, que no se equivocaba, que aún tenía un lastre de idolatría, que sus sentidos aún dominaban a su ser interno, que no se quejaran. Doy gracias a Dios porque a través de mi imperfección y de mis errores puedo conocer su Bondad y Amor hacia mí, y a pesar de que he rectificado y busco hacer teshuvá constantemente, aún estoy en este cuerpo que lucha con mi esencia interna de ser “Tov Meod”. 

En esta porción pude encontrar cómo es el antídoto Divino para nuestros errores, no importa qué tan grande lo consideremos, para seguir adelante y ser personas buenas y buenas en gran manera: Primero, Shemot 25:2 “Daber el-beney Yisra’el veyikju-li trumah me’et kol-ish asher yidvenu libo tikju et-trumati.” “Habla a los hijos de Israel para que separen para Mí una donación; de todo hombre cuyo corazón le impulse a ello, tomarás ofrenda para Mí”

 דַּבֵּר אֶל-בְּנֵי יִשְׂרָאֵל, וְיִקְחוּ-לִי תְּרוּמָה:  מֵאֵת כָּל-אִישׁ אֲשֶׁר יִדְּבֶנּוּ לִבּוֹ, תִּקְחוּ אֶת-תְּרוּמָתִי.

El regalo más grande para el hombre es su bejirat jofshit, su libre albedrío, en donde puede ejercer su capacidad de decisión. Muchas veces como el becerro de oro, unos pocos decidieron sobre muchos, y hasta fueron obligados a dar para el becerro como leemos en Shemot 32:2-3 “Y les dijo Aarón: Quitad los aros que hay en las orejas de vuestras mujeres y de vuestros hijos y de vuestras hijas, y traédmelos. se quitó todo el pueblo los aros de oro que tenían en sus orejas, y (los) trajeron a Aaron.”. Claramente cuando cometemos errores, es como si perdemos la capacidad de elección, obedecemos a nuestros impulsos o parte animal, y cometemos errores, aunque cognitivamente sepamos que estamos cometiendo un error. Así que el primer componente de esta vacuna es traer voluntariamente a Dios de lo que Él nos ha dado ejerciendo nuestra intención libremente. Nos devuelve nuestra capacidad de elegir, comenzando con cosas materiales. 

Segundo, Él nos solicitará presentar para su servicio aquellos materiales que Él previamente nos ha entregado, en Shemot 12:36 dice “Y el Eterno dio al pueblo gracia a los ojos de los egipcios, de manera que les prestaron lo que pedían, y despojaron a los egipcios.”. TODOS tenemos capacidades, dones y herramientas que el Eterno nos ha dado para su servicio. No seamos como estos cantantes que dicen “no tengo nada bueno en mí”, me encantó un artículo que leí hace muchos años y en este momento no recuerdo en dónde ni quién es su autor, pero me quedó grabado en mi mente, lo parafrasearé a continuación: cuenta la historia que un niño cierto día al sacarse una mala nota y no poder controlar su conducta decía: “No sirvo para nada” no sólo la culpa y vergüenza le afectaba, sino también su incapacidad de gobernabilidad, a lo que su madre le contestó: “¡Yo no permito que nadie hable mal de mis hijos, incluso que seas tú mismo!”. Al leer estas palabras entendí que así es el Eterno con nosotros, cuando nos colocamos los cepos de los límites sobre capacidades que el Eterno nos ha dado y creemos lo que otros dicen de nosotros (Lashón Hará) debemos recordar estas palabras de esta madre, “yo no permito que nadie hable mal de mis hijos, incluso que seas tú mismo”. Dejemos de pensar que no podemos, no sabemos, no queremos…. Cambiemos nuestras visión. Los materiales que se entregaron fueron 15, y en guematría la palabra quince es Yud Hei י ה  (10+5). Es decir, cuando nos conectamos con la Chispa Divina interior, es que logramos levantar nuestra estima. Presenta al servicio del Eterno tu ser, no importa cuál es tu visión de ti mismo, él te ve Tov Meod

Tercero, construyamos una morada para que habite el Eterno entre nosotros. Nótese que el Eterno proveyó capacidades, materiales, y el regalo del libre albedrío, pero SOMOS NOSOTROS LOS RESPONSABLES de erigir una morada al Eterno. El Rabino Sacks dice “El Tabernáculo, una estructura temporal, resultó tener una influencia permanente, mientras que el Templo, destinado a ser permanente, resultó ser temporal, hasta que, como oramos diariamente, sea reconstruido”[1]. Cuando leí esto pensé: “Que las apariencias no te engañen”. No es lo lujoso del templo, no es lo externo o materiales usados, el Eterno decide habitar en un lugar que tiene características que humildad (comparando el templo con el tabernáculo) y sencillez, y que está hecho con aquellos insumos que el Eterno nos dio. ¿cómo puede ser practico esto? El Eterno no me dio el don de ser buen cantante, pero me dio otras capacidades como ser anfitrión y hospitalario, ¿con qué materiales debo construir mi tabernáculo? Con ejercer la bondad de ser hospitalario. Si quiero engañarme que soy buen cantante y quiero servir por capricho al Eterno como cantante por que se ve ante los demás algo impresionante y bonito, lo que provocaría sería un dolor en los escuchas y no sería un lugar idóneo para que la Presencia Divina se manifieste. ¿Qué insumos te ha dado el Eterno a ti? El arca (Arón) tiene un secreto contenido en él, el lugar de residencia separado por una cortina que separaba lo santo de lo profano, y este contenía varios simbolismos que incluían una capa externa de oro, luego una caja de madera de acacia y al interior una revestimiento de oro. En la parte superior de esta estructura había dos querubines apuntado hacia el centro del Arca representando la relación cercana de un padre y sus hijos, y dentro de ella estaba contenida los diez enunciados entregado en el Monte Sinaí. Según el rabino Abraham Ashkenazi el oro externo es nuestra conducta hacia nuestra comunidad, familia, trabajo, sociedad, etc.; Nuestra parte temporal, es representada por la acacia, aquellas partes fluctuantes como personalidad, estados de ánimo, partes fluctuantes; y la parte de oro interna es la Chispa Divina. Al hacer toda este tipo de conjunciones y combinaciones, podemos ver que si en nuestra parte más interna vivimos los 10 enunciados tendremos un valor interno muy alto que se manifestará como oro hacia el exterior, aunque su soporte sea pasajero como la madera, llevándonos a una relación cercana de un padre-hijo con el Eterno. 

Hoy en día, llamo a una reflexión a todos, si bien no somos perfectos, pero somos buenos. No permitas que nadie te defina quién eres, ante los ojos del Eterno eres TOV MEOD, erige una casa de honra para que el Eterno more en medio de ti. 

Shabbat Shalom! Mauricio Quintero


[1] https://www.rabbisacks.org/covenant-conversation/terumah/a-portable-home/