25 Adar
¿Está Dios escondido de nosotros hoy?
Previo a escribir este mensaje para Shabbat, continuamente se me venía a mi mente un verso escrito en la carta a los Hebreos que dice: “DIOS, habiendo hablado muchas veces y en muchas maneras en otro tiempo” (Hebreos 1:1).
Esto me llevó a meditar sobre cuántas veces Dios nos habla de distintas maneras y en distintos momentos, pero sencillamente no logramos visualizarlo porque no se manifiesta según nuestra cabeza piensa y en los términos que dictan nuestros paradigmas. Por ello Isaías 55:8 expresa el profeta: “Mis pensamientos no son Tus pensamientos…” ¿Cómo podemos entender lo Eterno en este cuerpo finito? ¿cómo entender la Divinidad en este cuerpo físico? ¿lo ilimitado en lo limitado por el tiempo y el espacio?
Para ejemplificar lo anterior, ¿acaso el mundo no acaba de descubrir lo que ya existía con el telescopio Espacial James Webb lanzado en el 2021 y que recientemente en el 2023 publicaba detalles de la galaxia aún desconocidos? Lo que hizo este tipo de telescopio fue mostrar una imagen más clara de lo que es, era y existe en el Universo, imperceptible a nuestros ojos, pero que está allí.
El libro de Shemot inicia con la historia de un pueblo que se está gestando en la esclavitud. ¿acaso Dios está en medio del sufrimiento? ¿del asesinato de niños lanzados al Nilo? ¿de reducir a su “Pueblo” a ser constructores de ladrillos en jornadas fatigosas? Y el libro de Shemot finaliza con los siguientes versos: “Y cubrió la nube la tienda de asignación, y la gloria del Eterno llenó el Tabernáculo. Y no pudo Moisés entrar en la tienda de asignación, porque la nube posaba sobre ésta y la gloria del Eterno llenaba el Tabernáculo.” Dice el Likitei Sijot Volumen III: “Sobre el final de la Sección Pekudei la Torá se refiere a la nube que estaba sobre el Mishkán, la “nube” alude a ocultación (de la Divinidad), pues la nube no permitía el acceso de Moshé al Ohel Moed, conforme señala la Escritura: ‘Moshé no podía (ingresar al Ohel Moed por causa de la nube que posaba sobre éste’).”
Por lo tanto vemos que la Divinidad aparentemente estuvo oculto al inicio y al final de este libro. Sin embargo, en cada evento que sucedió, por muy doloroso o asombroso que sea, allí estuvo el Eterno, como dice Tehilim 121: 4 “Contemplen, el Protector de Israel no dormita ni duerme” y esto es porque siempre está presente, aunque no lo parezca.
Luego de casi un mes de ausencia en la vida comunitaria y de unas jornadas de trabajo largas que han traído consecuencias físicas a mi cuerpo, fatiga a mi mente y desgastes en mis relaciones interpersonales, he visualizado que en medio de estas situaciones ha estado el Eterno conmigo, a pesar de que me es difícil verlo en la enfermedad, en el estrés, en la angustia, en la impaciencia, en relaciones tóxicas o en situaciones adversas. Muchas veces para que reaccionemos, Dios no nos envía flores ni versos hermosos, sino que situaciones en donde “nos habla de distintas formas” para que reaccionemos hacia la Teshuvá.
Dicen los estudiosos como Mitchell Primero, indican sobre la palabra Olam: “algunos eruditos conjeturan que la palabra OLAM está relacionada con la raíz hebrea ALM y su significado “esconder”. Desde este punto de vista, el significado bíblico y temporal “olam” refleja el pasado y el futuro ocultos (desconocidos)…. Otros eruditos conjeturan que está relacionado con una palabra acadia “ ullanu ” que significaba “estar distante”, es decir, el pasado y el futuro distantes. ¡La verdadera etimología de la palabra quizás aún esté oculta!”. ¿Será posible que Dios nos puso físicamente en un plano material y en un mundo creado en dónde está continuamente oculto y distante?
En muchas ocasiones también el hombre se oculta de Él. Leemos que Adán y Java se esconden del rostro del Eterno cuando comen del árbol del conocimiento (Gen. 3:8), luego Caín después de asesinar a su hermano (Gen. 14:4) “Aquí, tú me alejas de la faz de la tierra, y de tu rostro debo esconderme”. El ocultamiento entonces, también podemos entenderlo como la ruptura de la relación entre lo Divino y lo humano, producido por el dolor y la desilusión como menciona Stephen Arnoff en su artículo “El rostro oculto de Dios”.
También, en este mundo como dice el Rabino Ishai Hariri “Si la persona quiere vivir con alegría, y tranquilidad en su vida, tiene que saber que cuando alguien le hace algo malo o recibe un daño, no puede tomarlo personal y enojarse con esta persona, porque no fue él/ella quién te golpeó, sino que fue Hashem quién se ´disfrazó´ de esa persona”. Esta persona puede ser tu esposa, tu jefe, tu relación comercial, vecinos, socios, una ley, un político, etc. y Hashem se “viste” de ellos, con el objetivo de que cambiemos nuestras conductas.
Y de esto se trata todo, de cambiar nosotros para que venga la manifestación de la Divinidad a nuestro derredor, y que su manifieste en nuestro Mishkán. Por otra parte al conectar la idea previa, en esta porción se habla acerca de la construcción del tabernáculo, Mishkán, que viene de la palabra hebrea שכן (Shjn) que se relaciona con la Shejiná שְׁכִינָה (presencia Divina) pero también con Shajén, vecino o prójimo, nos da una idea de que la manifestación Divina se dará en medio de la comunidad. Fue necesario crear este espacio físico que se convirtió en el centro espiritual y de relaciones de los Israelitas en el desierto, porque leemos en el 39:42-43 “Conforme a todo lo que había ordenado el Eterno a Moisés, así hicieron los hijos de Israel toda la obra. Y vio Moisés toda la obra, y he aquí que la hicieron; como había ordenado el Eterno, así la habían hecho; y los bendijo Moisés.” Creo que este es un punto neurálgico de esta porción, porque para que la Presencia Divina se manifieste, es necesaria la comunidad, si no, ¿cómo veremos la bondad de Dios hacia nosotros? ¿cómo practicaremos las mitzvot y mishpatim? ¿cómo mostraremos la justicia y el amor inmenso del Eterno hacia los hombres? Por ello dijo Dios al principio: “No es bueno que el hombre este solo”.
Por último, sobre los materiales con que se construyeron los utensilios del Mishkan, dice el Rebe de Lubavitch: El “Oro” representa la pureza y perfección del tzadik . La “Plata” representa el gran anhelo del baal teshuvah (“retornado” o penitente) por la cercanía a Di-s—un anhelo muchas veces más poderoso que el del tzadik , porque es un anhelo de lejos ( kessef , la palabra hebrea para plata, también significa “anhelo”). El cobre, el más bajo de los metales, representa las buenas obras del pecador. El hogar de Di-s en la tierra está completo solo cuando incluye los tres.
Al conectar las tres ideas previas, es que en el mundo nosotros podemos decidir si queremos que la Presencia Divina se manifieste o no. Para que se manifieste es necesario una vida comunitaria para emular los materiales del Miskan (pureza, anhelo a la cercanía a Dios y buenas obras. Dijo el rabino DovBer de Mezheritch a un niño que lloraba: “¿Por qué estás llorando?” preguntó. El niño respondió que él y un amigo habían estado jugando al “escondite”, pero su amigo se había ido corriendo para divertirse, dejándolo acurrucado en su escondite, esperando en vano que lo buscaran. El rabino DovBer levantó los ojos al cielo y exclamó: “Tú también has escondido tu rostro de nosotros solo porque quieres que te busquemos. Pero tus hijos se han cansado del juego y han huido…”.
¿Cómo Dios nos ha hablado en estos días? Tomemos las palabras de Ekhah 3:42-43 “Hagamos un examen de conciencia y volvamos al camino del Señor. Elevemos al Dios de los cielos nuestro corazón y nuestras manos.” Dios quiere manifestarse como la luz de pleno día, pero ¿dejamos que se manifieste?
Shabbat Shalom
Mauricio Quintero