Dios te está contando

En realidad, Dios colocó cada miembro del cuerpo como mejor le pareció”. (Rab Shaul, 1 Corintios 12:18)

En la enseñanza del rab Shaul, deja entrever un significado importante, ya que Dios sabe qué células colocar en el cuerpo humano, a fin de que cumplan un rol funcional, cuando una célula se comporta de manera errada, vienen enfermedades.

El resumen de nuestra porción Bamidbar se trata acerca de un conteo para todos los varones israelitas mayores de 20 años y menores de 60 años; de contar a personas aptas para el ejército, a excepción de los levitas que fueron contados en un censo particular. A este conteo se le asignaron responsabilidades, organización, roles, y se les da una identidad que es expuesta a través de los estandartes o banderas, además de un sentido de pertenencia a sus familias, clanes, tribus y sociedad.

Algo que me encanta de la porción es que va de una unidad mayor hacia una unidad más pequeña, como dijo Aristóteles: “El todo es más que la suma de las partes” y este es el principio de la terapia de Gestalt, como lo explica Noelia Sobrino “…. Cuando se combinan varias partes para formar un todo, se crea una nueva entidad con características y propiedades que no se encuentran en cada una de las partes individuales.

Si lo analizamos con una perspectiva más lejana, podemos ver, que es la aplicación de “ama a tu prójimo como a ti mismo”. ¿porqué, me dirán? La base es el verso 2-4, dice: “Haced el censo de toda la congregación de los hijos de Israel por sus tribus, por sus casas paternas, conforme a la cuenta de los nombres, todo hombre cabeza por cabeza; de edad de veinte años para arriba, todos los que pueden ingresar al ejército en Israel, tú y Aarón los contaréis por sus huestes. Y habrá con vosotros un hombre de cada tribu, siendo cada uno cabeza de su casa paterna.” Al cumplir el propósito individual generemos amor propio (identidad) y luego este se convierte en un amor colectivo (identidad nacional) demostrando así, el amor al prójimo. ¿Acaso creen que ir al ejercito a defender a un desconocido a costa de mi propia vida, intereses y familia, no requiere amor por el otro?

Se explayamos un poco estos versos, comenzamos a denotar que comienza hablando de un propósito mayor: La congregación de Israel (acá se incluyen, aunque no se cuentan en la porción, las mujeres, los ancianos, los menores de 20 años y los no aptos para el ejército). Luego, se subdivide en el propósito de cada uno de las tribus y su organización física dentro del campamento. Posteriormente nos habla de cada casa paterna, es decir, de cada familia y finaliza en contar el nombre (identidad personal) de cada hombre (el individuo). Este axioma da un propósito que se puede sumar en cada nivel sin alterar el resultado, es como decir, ISRAEL= INDIVIDUOS CON NOMBRE + FAMILIAS + TRIBUS.

Puede haber personas, pero si estas carecen de un nombre, es decir, identidad propia, no podrán formar familias con una casa paterna (nombre). Si no hay familias, no habrá tribu que se pueda identificar, y si no hay tribus no habrá nación. Este es un mensaje que quiero resaltar, si no hay identidad, no hay futuro.

La identidad la observamos en esta porción en distintas maneras, el 1:5 comienza a nombrar una serie de individuos con nombre e identidad clara para ser líderes, luego durante el censo se repite esta frase: “sus linajes por sus familias, por sus casas paternas, conforme a la cuenta de los nombres, …….. los que fueron contados fueron…..”. Es decir, la identidad del individuo viene según la torá, como una responsabilidad del hombre en el hogar. En una sociedad en donde se busca disminuir el rol del hombre en la familia, o el aumento de la paternidad irresponsable, es importante levantarnos hoy en día, y decidir en nuestro corazón, comportarnos como hombres a la altura, cumpliendo nuestro rol de inyectar identidad a nuestros hijos.

Dios cuenta nombres, no seres humanos. ¿porqué? Porque no somos ganados. Para los gobiernos, la banca o cualquier otro tipo de entidad que nos registre, nosotros somos números. Somos un número para licencia de conducir, somos un número para la identidad social, un número de cliente para las empresas, un número de cuenta bancaria, etc. Están haciendo desaparecer nuestros nombres, y no nos damos cuenta de ello. Y a esto me refiero, en mi caso, que no sólo soy un número que es igual a Mauricio Quintero (nombre secular), sino que están borrando mi identidad de quién soy. Hoy en día, con el movimiento BDS contra Israel, quieren borrar la identidad de quién es Israel y cambiarnos la identidad de ser quién camina recto hacia Dios, a llamarnos colonialistas, fascistas, genocidas, apartheid, etc. Hoy más que nunca es importante tener clara nuestra identidad.

Hay algo interesante en la palabra hebrea para contar que usualmente es Jeshbon o Minyan. Sin embargo, cito al rabino Sholom Raichik que menciona en su artículo ¿Dios me está tratando simplemente como a un número? lo siguiente: “en toda la Torá se utiliza una palabra diferente para contar, pekudim”. En esta porción es utilizada esta palabra en distintos derivados (pekudeyhem, pekudat, pekod, pekudey, pekudim, pekudav, etc.) al menos 30 veces. Y es hermosa la enseñanza del rabino Raichik, dentro de las cuales quiero resaltar que la palabra contar (pekudim) se usa en la biblia hebrea para referirse a:

  1. Recordarse, como en “Di-s recordó (pakad) Sara” . . . y Sara concibió y dio a luz un hijo a Abraham ”, o en la promesa de Di-s de sacar al pueblo judío de Egipto: “Di-s seguramente se acordará de ti (pakod yifkod) y te sacará de esta tierra”.
  2. Hacer falta o extrañar, como en la famosa haftará sobre David y Jonatán: “Faltaba el lugar de David (vayipakeid).
  3. Asignar, como en las responsabilidades de los levitas: “Y la asignación de (pekudat) la familia Merari”.
  4. Destino, como en la rebelión de Koraj : “Y el destino (pekudat) de todos los hombres recaerá sobre ellos”.
  5. Contar, como cuando Moisés da cuenta de todas las donaciones para construir el Tabernáculo: “Esta es la contabilidad (pekudei) del Tabernáculo”.

Cuando leí esta explicación se abrió en mi mente algo, y es que, al momento de contar, realmente Dios estaba dando una identidad a cada persona. ¿Cómo? Primero es la expresión de amor del Eterno a cada uno de nosotros, así como se “acordó” de Sara, Dios se acuerda de la existencia de cada uno de nosotros. Tal vez tengas desde hace años una petición olvidada incluso por ti, pero Dios (pakod Yifkod) se acordará de ti.

También Dios nos cuenta, porque nos extraña. Somos importantes para Él y cuando nos cuentan es porque si no estamos presentes, le haremos falta.

Al contarnos, Dios nos da una asignación, un rol, un propósito (destino) de vida, sociedad y comunidad. El rol trae responsabilidad, porque Dios nos confía en que lo desarrollaremos adecuadamente. Esto nos da un nombre. Yo quiero que cuando diga “Yosef ben Abraham (mi nombre hebreo)” me sepa identificar fácilmente porque he construido una identidad que sea fácil de identificar. Esta semana escuche el rabino Ishaí Harari, ¿cómo puede hacer Tikun nuestra alma en esta vida? Responde, “es a través de los dones y habilidades que te hacen único en esta tierra (te dan identidad)”. Por ejemplo, unos cantarán, otros estudiarán, otros darán abrazos, no importa, pero en aquello que eres bueno es cómo harás tu Tikum en la tierra, y así podrás cumplir tu propósito de vida, o el rol que Dios quiere que desarrolles en este mundo.

Es difícil de expresar, pero somos activos de Dios en la tierra, no nos pertenecemos realmente a nosotros mismos, porque claramente está escrito cuando dice: “ustedes son mi pueblo, ovejas de su prado, sus testigos, entre otros nombres que denotan que somos sus siervos”. Dice Tehilim 100:3 “Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado”. Y como todo activo, somos preciosos e invaluables para Dios, y somos requeridos por Él para hacer Su voluntad en la Tierra. No tengo una explicación lógica del porqué realmente Dios desea que nosotros hagamos su Voluntad, cuando el perfectamente siendo Dios puede hacerla con su palabra. Sin embargo, creo que es porque el es inmutable en el tiempo, y si suceden o no las cosas, no lo cambiarán. En cambio, si suceden las cosas buenas en este mundo a través nuestro, los beneficiados seremos nosotros mismos, porque descubriremos razones por la cual vivir, y esto nos ayudará en nuestro Tikum.

¿Qué somos entonces? Somos Israel. Somos luz. Somos un ejército. Somos una nación. Somos paz. Somos sus hijos. Somos especiales para el Eterno. Basta de creer mentiras sobre quiénes no somos, Dios te está contando hoy en día, ¿te presentarás al censo?

Shabbat Shalom.

Mauricio Quintero