¿Qué es vivir?
En nuestro país, El Salvador, un gobierno tuvo el siguiente slogan como parte de su campaña política: “El buen vivir”. Al final el buen vivir fue una farsa, porque fue un buen vivir para los políticos y no para la población. Sin embargo, este slogan es más profundo de lo que parece, ya que uno de los propósitos de la vida es disfrutarla, y esto quiere decir que debemos aprender a vivirla.
Por otra parte, también hay una expresión en mi país que es bastante común: “Hemos venido a morir”, la cual es un poco más pesimista que el punto expuesto previamente, dos verdades opuestas, pero ciertas. Así que, la pregunta es, ¿cómo podemos gozar de una vida plena?
La respuesta está en nuestra porción. Interesantemente la Torá pudo haber resumido la introducción diciendo: “Y Sara murió a los 127 años”, sin embargo, no ensalza la muerte de ella, sino su vida al decir: “Vayihyu jayey Sarahוַיִּֽהְיוּ֙ חַיֵּ֣י שָׂרָ֔ה Y fue la vida de Sarah”. Mientras escribía este drash, venía a mi mente las palabras de nuestro RANEBI quién nos decía lo siguiente: “Para nacer debes de morir”. Él hacía referencia a que todos los seres humanos nacemos de una mujer, pero durante los meses de gestación nos desarrollamos dentro de un microcosmos, la placenta es nuestro mundo, y estamos cómodos dentro de nuestra mamá, en su matriz, nos alimentamos, percibimos sensaciones externas, nos alimentamos de ella. Hasta cierto punto, no deseamos nacer (aunque quizá no tengamos conciencia de ello), porque estamos cómodos. Para nacer debemos sufrir, y pasar el trauma de que nos separen de ella, y somos insuflados de oxigeno para vivir fuera de nuestra mamá, y hasta cierto punto, nuestro ser “anfibio” debió morir para convertirse en un ser terrestre.
Así que, esta es la primera lección que veo para nuestra porción, ¡Sara sigue viva hasta hoy en día en el pueblo de Israel! ¡Sí! Ella transcendió, los justos no mueren, solo son transformados y despiertan en otra realidad. Por ello, que, aunque la Tora no lo dice, no nos muestra en nuestros patriarcas una sensación de miedo a la muerte, sino que viven su transición de una aparente muerte, a una vida eterna.
Al final del verso 24:1 dice: “שְׁנֵ֖י חַיֵּ֥י שָׂרָֽה” “shney jayey Sarah” “años de vida de Sarah”, esta porción puede leerse también como las “dos vidas de Sara”. ¿Cómo que Sara tuvo dos vidas? Creo que como escribe Wally Liebhaber, la palabra clave es Vayihyu que inicia nuestra porción, ya que en gematría esta palabra equivale a 37 (6וַ6 יִּֽ10 הְ5 י10 וּ֙). Al restar 127 menos 37, nos da el número 90. ¿Qué sucede a los noventa años de Sara? Nace Itzak. Es decir, Sara tuvo dos vidas, una hasta los 90 años, y luego de sus 90 años en su rol de madre. ¡Su hijo le otorgó una nueva vida!
Esto me hace pensar sobre algo que debe ir en contra de la cultura woke actual, “no tengas hijos, sustitúyelo por mascotas”. Al inicio, Dios crea al hombre, y uno de sus mandamientos fue: “llenad la Tierra y sojuzgadla” (Bereshit 1:28). Este mensaje puede ser para parejas jóvenes, y jóvenes soleteros, a pesar de la situación que vivan en su presente, no quiere decir que Dios no está de su lado, porque hay un miedo generalizado a formar familia, preguntas y dudas que vienen a la mente: “¿seré un buen padre/madre?” “no me alcanzará mi salario para pagar las facturas de un niño” “no tengo tiempo” “no tengo paciencia” “no soy un buen ejemplo” “estoy cómodo así” “es muy cansado” entre tantas excusas, créanme cuando les digo que hay una bendición en donde los Cielos se abren cuando cumples este mandamiento, lo digo con certeza y convicción, cada hijo trae una “bendición debajo de la manga”. Eres impaciente, Dios enciende la chispa de la paciencia. ¿no tienes dinero? Aprendes a administrar mejor y te das cuenta que das dinero a cosas sin importancia y de repente el milagro: “te alcanza a pesar que ahora somos más”, ¿te sientes cansado? Cuando retornas del trabajo y ves esa sonrisa que te recibe, baja del cielo una “super fuerza” y comienzas a jugar y a escuchar. Aprendan de Sara, su vida fue transformada.
También, la palabra Vayihyu es una palabra palíndroma, es decir, se lee de igual manera al derecho o al revés, y así era la vida de Sara, vivía su vida plena no importa en qué dirección fuera. ¿puedes imaginarte en la posición de Sara? Creo que más que el hombre, la mujer necesita seguridad en su vida. En mi caso personal, yo pago por no cambiar carro, teléfono, computadora, domicilio, y así en general, me gusta la estabilidad, la seguridad, no el cambio constante. Cuando hay cambios dentro de mí se activa un nivel de adrenalina y cortisol muy alto produciendo en mi ansiedad, estrés, malhumor, y cansancio. Realmente, admiro a nuestros patriarcas de cómo ellos vivieron su vida en constante lucha por sobrevivir y sobre todo llena de tantos cambios. Ahora bien, Sara, fue una gran mujer y esposa, porque ella pudo haber sido el obstáculo para que Abraham se convirtiera en quien llego a ser. Imaginémonos en el día a día a Sara con Abraham: “Sara, fíjate que Dios me dijo a los 75 años que debo salir de salir de nuestra tierra hacia un lugar desconocido que él me mostrará” ¿puedes imaginarte la cara de Sara? “¿será que pensó? ¿qué le puse a la sopa para que venga este viejito con semejante historia?” O “no le hago caso que ya le pasará”….. ¿cuántos de ustedes le harían caso a su pareja si a los 75 años les dicen, nos vamos de nuestro país a una tierra desconocida? Luego de mudarse, ¿se aburrirían de vivir 25 años de un lado a otro? Ellos fueron nómadas literalmente, realmente fue una vida dura. Creo que seguir viviendo a pesar de las vicisitudes de la vida, alegre, es de grandes.
También aprendo de esta porción que no necesariamente hacer la voluntad del Eterno o tener victorias personales/espirituales implica un escudo contra las adversidades. Vemos en Abraham que luego de pasar la prueba de la Akedá, en donde viene victorioso con su hijo de retorno, con el alma totalmente llena de haber obedecido la voz del Eterno y siendo envestido por futuras generaciones con un acto de fe grande, ¿quién pensaría que vendría a toparse con el hecho que su esposa había fallecido? Esto es duro sí, pero los caminos del Eterno son así, no necesariamente todo es color rosa al seguir el camino del Eterno, y, esto es parte de la vida. ¿qué nos enseña esto? Retomo las palabras de Abraham a los hijos de Het, en el 23:4 dice: “Peregrino y morador soy yo entre vosotros” lo cual difiere con cómo lo ven los demás a Abraham, quienes le dicen: “Óyenos, señor mío, eres príncipe de Dios entre nosotros”. Abraham esta consciente de que esta vida es pasajera, y este debería ser nuestro pensamiento. Este es un pensamiento ulterior, lo que hoy tienes no será tuyo mañana, ¿porqué te aferras tanto a ello? Todos somos peregrinos. Kohelet 1:4-5 dice: “una generación se va, y otra generación la sucede… El sol sale y el sol se pone, y se desliza de regreso hacia donde sale”. De esta porción saco dos lecciones de vida: Primero, debemos vivir la vida consciente que es pasajera (peregrino) pero con propósito (morador). Segundo, debemos presentarnos y ser vistos ante los demás como príncipes. ¿cómo es un príncipe? Te podría resumir en una persona que no pasa desapercibida, educada, de buenas maneras, vestido adecuadamente, líder, con tacto, gentileza, realeza, seguro de sí mismo, entre cualquier otra cualidad positiva. En Rosh Hashana decimos: “que seamos cabeza y no cola”, ¿qué estamos haciendo para que los demás nos vean cabeza y no cola?
Otra de las lecciones que me encantó de esta porción es el hecho que debemos de ser previsores y honrar a nuestros seres queridos. Vemos de Abraham que al saber que Sara había muerto no la dejó en el desierto, sino que en su corazón deseó honrarla. ¡Cuántos chistes hay de parejas en edad que desean la muerte del otro! Abraham fue previsor ahora que había aprendido la lección de la muerte, y compró un sepulcro para su esposa, el cual era un terreno amplio, en su tiempo, similar a un Taj Majal. La aplicación práctica es que uno no debe dejar el problema de su cuerpo a otros cuando muere. De mis padres aprendí a comprar un servicio funerario y una tumba para mi y para mis hijos. Sé que suena feo para un Shabbat, pero esto es vivir sabiamente, porque comprar cuando está el muerto, puede pagar el precio de Abraham por un lugar para descansar.
De esta negociación vemos también cómo procede un justo y un necio. Efrón y su gente inicialmente ofrecen gratis la sepultura siendo malvados. Abraham sabía de quién recibir y de quién no recibir favores y bendiciones, y él ruega a ellos que quiere comprarles. Luego, ellos no ofrecen trato justo y lo venden a un sobre precio actuando neciamente. Me parece tan de grandes que Abraham no negocia, no regatea, sino que sin permutarse decide pagar el precio pactado. Dice Rashi que el valor de cada moneda de mercaderes equivalía al tamaño con un valor de mercado de 10 monedas de plata corriente, es decir, 400 equivalía al valor de 4000. Con esto él compra esta tierra que hoy en día dicen que pertenece a “palestina” cuando realmente es de los hijos de Israel. Además, relata la Torá que lo hizo a luz de día y enfrente de todo el pueblo como testigos de la transacción. Según algunos eruditos el salario anual de una persona era 6-8 siclos de plata anuales, es decir, esta transacción equivalía a 50-66 años de trabajo de una persona común. Efrón el aparente hombre generoso realmente fue un aprovechado de la generosidad de Abraham. En la Torá el nombre de Efrón no se escribe עֶפְרוֹן֒, sino עֶפְרן֒, es decir, sin la Vav. La vav es una letra que es una letra gancho o de conexión para expresiones, y en guematria representa el rayo de Luz del Eterno, es decir, lo que une el Cielo con la Tierra. Lo que la Torá nos enseña de este hombre que carecía de temor al Cielo, que era un hombre que no conectaba a otros, y así son las personas que viven egoístamente buscando cómo aprovecharse de los demás inescrupulosamente.
Aunque es mi deseo seguir escribiendo, porque sólo he desarrollado parte de nuestra porción, quiero quizá resumir este mensaje, es que veo lecciones vida para vivir una vida plena en esta parashá: Primero, la vida es pasajera, soy peregrino. Segundo, uno debe vivir con jesed, bondad para tener una vida plena. Tercero, la vida debe vivirse plena sin importar el contexto o lo que sucede en la realidad alrededor nuestro. Cuarto, debemos vivir sabiamente previendo el futuro sin depender de él, porque no sabemos si existirá mañana, pero en caso ocurra, debemos estar listos para el futuro. Quinto, debemos vivir no esperando nada de nadie, incluso de Dios. Debemos vivir humildemente pensando que del Cielo viene el bien y el aparente mal, no debe suceder los hechos como pensamos que es lo mejor para nosotros. Y Sexto, debemos honrar en todo momento, a los padres (ejemplo Itzak e Ishmael enterrando a su padre), a su cónyuge (Abraham a Sara), a su esposa (Itzak con Rivka), y a quienes nos rodean (El siervo hacia Abraham o Abraham a los hijos de Het).
Vivamos plenamente la vida.
Shabbat Shalom
Mauricio Quintero