Noaj 5785

Descansado con la verdad

Esta porción parece una historia sacada de un cuento. Recuerdo que desde pequeño escuchaba la siguiente historia de cómo un día Dios decide enviar un Diluvio, una especie de tormenta fuerte,  le ordena a Noaj construir un arca para poder salvar a los animales del planeta y a la humanidad. Sin embargo, la gente se burlaba de Noaj y a pesar de la poca de fe de las personas a su “prédica”, la gente decide no creer burlándose de su mensaje. Al momento que comienza a llover, la gente se da cuenta de su error, pero no pueden subir al arca ya que había sido cerrada por Noé, y luego todos mueren ahogados. Mientras tanto, Noé y su familia se salvan, y Dios crea el arcoíris como un símbolo de esperanza futura.

Recuerdo esta historia luego de verla en muchos dibujos animados, pero como todo, esta historia no es más que verdades a medias. Y las verdades a medias muchas veces son más peligrosas que las mentiras y engaños descarados, porque nos hacen creer y aceptar verdades que no son del todo ciertas. Incluso, tengo que acotar mucho a esta media verdad. En las historias se presenta a un Noaj como un hombre perfecto, con barbas bien peinadas, siempre alegre y lleno de vida. Se expresa una familia perfecta, y sobre todo se evitan los procesos. En todo momento están sonriendo.

Quisiera relatar un poco realmente de cómo fue la historia para matar ciertas “vacas sagradas” de nuestra mente de cómo fueron los hechos realmente.

En efecto, la historia comienza indicado lo siguiente: “Eleh toldot Noaj Noaj ish tsadik tamim hayah bedorotav et-ha’Elohim hitjalej Noaj” “Estas son las generaciones de Noé. Noé (fue) un hombre justo, integro entre sus generaciones; con Dios anduvo Noé” אֵ֚לֶּה תּֽוֹלְדֹ֣ת נֹ֔חַ נֹ֗חַ אִ֥ישׁ צַדִּ֛יק תָּמִ֥ים הָיָ֖ה בְּדֹֽרֹתָ֑יו אֶת־הָֽאֱלֹהִ֖ים הִתְהַלֶּךְ־נֹֽחַ: Este verso nos cuenta una característica de Noaj, lo describe con la virtud de ser un Tzadik (justo) y un hombre tamim, íntegro, congruente. Sin embargo, el mismo hombre que leemos acá que es un tzadik y un tamim, más adelante en el 9:20 leemos: “Y comenzó Noé a ser señor de la tierra, y plantó una viña. Y bebió del vino, y se embriagó, y se descubrió en medio de su tienda. Y Cam, padre de Canaán, vio la desnudez de su padre, y lo hizo saber a sus dos hermanos que estaban afuera.” Es decir, ¿cómo hay congruencia entre un hombre “perfecto” y entre un hombre borracho? Creo que esto es algo hermoso de la Torá, la Torá no expone seres humanos perfectos, no busca gente sin errores, porque el error es inherente al ser humano. De hecho, confirma en Bereshit 8:21 lo siguiente: “No maldeciré más la tierra por causa del hombre, porque el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud;”. A mí me causó gran alegría visualizar esta figura, porque nos incluye a todos en el camino de la Torá, y nos da esperanza de ser tzadikim incluso con nuestros errores. ¡Cuánta gente vive en el engaño de vivir alejado de Dios porque son “malos”? ¿Cuántos dicen “no puedo”, “no estoy capacitado”, “no soy bueno”, “no merezco”, etc. y se alejan de Dios?

Cuando Dios nos crea, nos creó con el aliento de vida, Nefesh que se podría traducir como respiración, el alma innata animal, que está en todo ser vivo, digamos es el instinto natural. Acá sentimos un poder superior del cuerpo, por el Nefesh sentimos hambre, sueño, realizamos funciones innatas sin pensar como palpitar, respirar, etc. Sin embargo, Dios decide hacerle al hombre una “mejora” y le otorga su Ruaj, un soplo externo el cual es Divino que insufla en su cuerpo, y se manifiesta en emociones, en la inspiración, en sus motivos. Luego, desde adentro del hombre se enciende la chispa Divina, y aparece la Neshama, un equilibrio manifestado por el intelecto. Luego descubrimos el nivel del alma Jayá, que es el alma que contempla la trascendencia de Dios, y el nivel del alma de Yejidá, que es la esencia del alma, una meta de vida, lograr la unidad con la Divinidad, pensar como Él piensa. (Kabala)

En la visión del judaísmo, aquellas personas que cumplen y viven los mandamientos son personas que gozan de una cercanía con el Eterno, y se les denomina Tzadik. Si leemos bien, cuando Noaj caminaba (hitjalej) con Dios, él es un tzadik. Cuando Noaj decide alejarse de la Divinidad, y considerarse “señor de la tierra”, planta una vid para embriagarse y dejarse llevar por su instinto animal, lo cual se convierte en un desastre para la vida. Y esta es la historia de la humanidad, pensamos que alejarnos de Dios es la solución para no vivir una vida de culpabilidad, y lo que sucede, es que cuando decidimos menguar nuestra Neshamá, nuestra parte Nefesh comienza a surgir más fuerte, hasta el punto de “perder el control” de nosotros mismos, de nuestra voluntad, ya que nos volvemos esclavos de los deseos del cuerpo.

Nuevamente, lo más fácil es culpar a otros de nuestras decisiones y achacar problemas a factores externos, usualmente decimos “los demonios se apoderaron de esta persona” “el diablo tomó control”, etc. cuando realmente, le dimos poder al instinto animal para controlarnos y gobernar a nuestro intelecto y a nuestras emociones.

Luego, la Torá guarda silencio sobre si realmente Noaj habló a sus conciudadanos para arrepentirse, o si él les previno a modificar sus acciones para evitar la catástrofe. Incluso, no queda registro si Noaj pidió por su generación. Lo que sí sabemos, que ser justo en aquella generación, era realmente un logro que debía ser escrito y registrado en la Torá. Leemos que esta generación vivía en decadencia sexual, vivía con violencia (hamas), en un estado de robo continuo, de avaricia, de intolerancia, de engaño, de fraude y había corrupción. Por lo tanto, eliminamos otro mito que Noaj era un predicador ferviente. Seguramente se preguntaron qué sería aquello, pero no sabemos, así como hoy en día si la gente era indiferente y le daba igual que se construyera un arca o no, o si se preguntaban de ¿cómo es posible que los animales lleguen instintivamente a este refugio? Lo cierto es que la Torá no lo menciona.

Según leía antes, de milagro se construyó el arca. Sin embargo, leemos el decreto del Eterno en el 6:3 “y serán sus días (de vida) ciento veinte años”. Es decir, se refería no a la edad física del hombre en aquel momento, puesto que leemos que Noaj vivió más de 120 años igual que sus hijos, sino que se refería al juicio de tiempo entre el inicio de la construcción del arca, y el momento de inicio del Diluvio. Este momento coincide con el nombre de Matusalén (Bereshit 5:24-27), ya que su nombre tiene un significado dual: “Hombre dardo” o “su muerte trae juicio”. Dios esperó su muerte para que el Diluvio comenzara. Así que, no fue un proceso fácil, fue un proceso de cuestionamientos continuos sobre si ¿fue cierto lo que escuché? ¿vendrá el Diluvio? ¿son ideas locas mías? Muchas veces nos desesperamos con tiempo más cortos para ver la manifestación Divina, en cambio Noaj tuvo un mérito muy alto al mantenerse firme en construir el arca. No me imagino la difícil tarea de convencer a su casa de seguirlo en esta aventura pasados 120 años.

Hasta cierto punto, en Isaías según relata el Zohar, Noaj tuvo cierta implicación en el Diluvio. Dice en Isaías 54:9 “Porque esto es para mí como las aguas de Noé; como juré que las aguas de Noé nunca más pasarían sobre la tierra, así he jurado no enojarme con vosotros ni reprenderos”. Dos veces menciona las “aguas de Noaj”, dice el Zohar que al no orar por su generación, así como Abraham oró por Sodoma, se le condena que fue su responsabilidad que las aguas ocurrieran porque no apeló como un tzadik por la misericordia del mundo. Nuevamente, vemos que Noaj no era el “hombre perfecto”. Su justicia se limitó a no emular las practicas malvadas de los hombres, como indica el Rebe de Luvabitch, en 120 años ¿cómo es posible que no produjo un solo arrepentido? Noaj entró solo al arca con su familia. Así que, ¿fue la inacción de Noaj o fue la indiferencia de las personas que hicieron que muriera una generación? Vemos como Nínive fue salvado de un decreto Divino de destrucción, pero requirió un trabajo en ambas vías, la de Yoná, y la de las personas y sus líderes.

Una verdad a medias es una mentira completa. Respeto al problema con su hijo, dice que luego de emborracharse, que no sé si lo hizo para borrar de su mente la atrocidad vivida, o si fue para aplacar la culpa de “poder haber hecho más por su generación”, dice la Torá en el 9:20 “Y bebió del vino, y se embriagó, y se descubrió en medio de su tienda.” Sí, Noaj se descubrió, perdió su cordura y se exhibió no teniendo recato. Su hijo menor, que obviamente había vivido años en la corrupción con aquella generación, fue expuesto a una situación de debilidad, por luego dice que “Y Cam, padre de Canaán, vio la desnudez”. En este verso, es más profundo de lo que creemos.

A causa de que Noaj se exhibió, Cam en su debilidad comete pecado. Ahora, en este momento no se sabe si ya era padre de Canaán, pero es un dato importante, porque Canaán no fue el hijo único de Cam, según el 10:6 dice: “Cus, Mizraim, Fut y Canaán”. Sin embargo, la Torá recalca que el hijo que absorbió más la esencia de las características de Cam fue Canaán. Interesante que estos cuatro hijos hoy en día son cuatro naciones complicadas. El punto es, que hubo una combinación de factores, el descuido de Noaj y la debilidad innata de Cam, vemos cómo de la cólera Noaj le maldice, pero no se puso de pensar que debió de proteger a su hijo. Si sirve de consejo, no es bueno que los hijos vean a sus padres desnudos, no sabemos qué daño podemos provocar en ellos.

Hoy en día, de igual manera, nos muestran “verdades” actuadas ante cámaras de atrocidades de las FDI, de supuestos crímenes de guerra, de ataques a instalaciones de la ONU, y saben, ¡todo es media verdad! Igualmente, nos presentan a un Yeshua como dios, divino, sin pecado y sin errores, y esto no es más que una mentira disfrazada de verdad. A veces abrir los ojos duele, pero debemos hacerlo, porque como dijo Yeshua: “La Verdad te hará libre”.  Sé que la media verdad es más cómoda a veces, a veces es más dulce, a veces es socialmente aceptable porque no discrimina, pero no es más que una verdad o mentira a medias.

Asimismo, el pecado necesita dispersarse, ¿qué hizo Ham?  Corrió a contarles a sus hermanos la desnudez de su padre cuando dice: “y lo hizo saber a sus dos hermanos”. Así es el mal, por ello vemos cómo nos bombardean de maldad a los sentidos, porque el mal necesita esparcirse para permanecer. Sin embargo, leemos también de cómo podemos vencerlo, y esto es cortando de raíz el mal. En el caso de los hermanos de Ham, es cuidando los ojos, ya que el pecado era de índole sexual, y hasta leemos que no esparcieron el mal ellos, fueron íntegros. Con integridad combatimos el mal en el mundo.

Este Shabbat mi oración es que el Eterno abra nuestros sentidos espirituales, que despierte nuestra Neshamá, que no nos duela abrir los ojos, y aunque sea incómodo, abramos nuestra mente y corazón a la Verdad, es decir, a Él. Dice Mishlei 12:19: “La palabra veraz permanece para siempre, la lengua mentirosa sólo por un momento”.

Shabbat Shalom

Mauricio Quintero