¿Hasta cuándo enfrentarás a tus temores?
El libro de Job dice: “Porque me ha sobrevenido lo que temía, y lo que temía me sobrevendrá. No estuve tranquilo, ni quieto, ni descansé; sin embargo, vinieron las tribulaciones.” (Job 3:25-26). En mi país decimos: “mucho análisis genera parálisis”, y este análisis usualmente viene acompañado de una carga emocional sin resolver que genera un bloqueo que impide tomar decisiones y actuar. El exceso de análisis puede llevarnos a dudar, sentirse inseguro, tener demasiadas opciones, investigar demasiado, sobrecargar las emociones y generar estrés, y pensar demasiado en un problema, generando una adrenalina y toxinas. Otras veces el problema puede ser también el perfeccionismo excesivo que no permite avanzar porque deseamos algo demasiado “bueno” y no algo funcional.
Mientras estudiaba sobre esta porción, me percataba que Yaakov no había sido un jovencito saliendo de su casa a los 20 años para buscar una vida futura. A veces en la lectura perdemos el factor tiempo transcurrido entre un evento y otro. Tomaré ciertas edades calculadas por los sabios y por escolares sobre la vida de Yaakov que pueden concluirse a partir de la lectura de los textos. A los 15 años Yaakov compra a Esav (de 15 años igualmente) la primogenitura. A los 63 años nuevamente la Torá vuelve a recordar un evento de los dos “niños”. Esav ya no vivía como soltero, puesto que según los eruditos a los 40 años decide casarse con dos mujeres cananeas, Ada y Ahalivama, quienes “cegaron” la vista en el hogar de Itzaj por quemar según tradición, incienso impuro en sus tiendas. Esav, 23 años después, es decir a sus 63 años, se casa con su prima hermana Basmat, hija de Ismael. Este casamiento fue algo planificado y premeditado para buscar hallar gracia en los ojos de su padre al conocer que ellos no soportaban a sus primeras dos esposas.
Ahora bien, a los 63 años de Esav, su padre le convoca para recibir “la bendición” y su madre Rivka escucha y aconseja a su hijo preferido a “usurpar la bendición” a Esav. Yaakov no toma sus decisiones, sino que deja prever que a sus 63 años sigue siendo un niño bajo la falda de su mamá. A esta edad Yaakov no está casado aún, vive con sus padres, no tiene hijo y vive en las tiendas. Según algunos sabios se pasaba todo el día estudiando Torá, pero el hecho es que la Torá no dice como cuando David dijo: “ Tu Torá es de día y de noche mi meditación”. Es decir, da a entender que Yaakov era “hijo de papi”, no sabía qué era ganarse la vida, no tenía propósito, estaba cómodo con su vida de soltero.
Luego, a raíz del engaño cometido a su padre, Yaakov obtiene (a la fuerza) la bendición. No supo esperar la bendición de Dios, quizá algo del gen de Abraham cuando no esperó a la promesa de un hijo a través de Sara, sino que tomó la decisión de dar un hijo a Sara a través de Hagar. Esta impulsividad de Yaakov de buscar las promesas de Dios a base de su propia fuerza y en su tiempo, sentaría bases para su vida futura, ya que 14 años después, Esav promulga una amenaza de muerte a su hermano menor, la cual fue escuchada por su madre. Es allí cuando deciden que Yaakov huya a la casa de su madre en Paddan Aram, y es así que a sus 77 años sale de casa de su padre a un rumbo desconocido.
Podríamos pensar, bueno, ¿y que Yaakov no tenía la primogenitura ganada? ¿no tenía las bendiciones de su padre materiales y espirituales? ¿cómo llega a Paddan Aram sin nada? Según la tradición de los midrashim, Elifaz, hijo de Esav trató de matarlo, y en lugar de consumar el hecho, lo dejó vivo, quitándole su riqueza. Independientemente de cómo fuese, lo que registra la Torá es que Yaakov llega sin un cinco en su bolsillo más que su bastón (32:11).
Imaginémonos ahora a un hombre acostumbrado a la buena vida, a sirvientes, llega a un lugar desconocido, con costumbres ajenas a él, y ahora debe ganarse la vida trabajando. Esto para poner un símil, hay una película vieja, que se llama “El último Emperador”, y en ella describe como fue la vida del emperador de China (Puyi) cuando cae la monarquía de la ciudad prohibida en un estado comunista y termina su vida como jardinero del parque botánico. Esto nos da una gran lección de humildad, “hoy estamos arriba, mañana podemos estar abajo”. ¡cuántos de nuestros hermanos en la historia han vivido una situación similar! Por ello es importante cultivar buenas y sanas relaciones, porque no sabremos jamás, qué nos depara el futuro.
A sus 77 años trabaja duro durante 20 años, ¿cuántos quieren a sus 77 años iniciar su vida laboral hoy en día? A los 84 años se enamora y se casa. Nuevamente es engañado y le cambian a su esposa. En un lapso de 13 años engendra 11 niños y una niña. Ahora a esta edad debe lidiar con 4 esposas, 11 niños, ganado, clientes, empleados, etc. Fueron veinte años de afán, que no le permitieron tener mayor crecimiento espiritual. Sin embargo, nótese que la bendición era Yaakov, porque la bendición no es externa, es inherente a la persona.
Transcurrido este tiempo, decide regresar a lo que era su hogar. Sin embargo, a los 97 años, ¡Sí! ¡97 años! Logra su madurez como hombre, y ahora llega un punto de inflexión en su vida, en donde se percata que para que su futura generación pueda progresar, él (Yaajkov) debe crecer. Esto lo obliga a estar en un limbo, sabe que si se queda en Harán, sus hijos no tendrán futuro, y podrían ser potencialmente un Esav o un Ishmael. Sabe que sus hijos deben de continuar la promesa otorgada a su abuelo Abraham y a su padre. Pero este cambio, implica dolor, implica abrir una herida del pasado. Por ello no es cierto que “el tiempo cura las heridas”, el tiempo lo único que hace que una herida abierta se pudra y se infecte generando gangrena. La manera de curar heridas es suturando, limpiando y curando, aplicando medicina.
Esto exactamente es lo que sucede, Yaakov se da cuenta que necesita resolver su “oscuro pasado” para que su siguiente generación prospere. Es allí cuando escucha la voz del Eterno que debe retornar, sin embargo, su retorno no será fácil. ¿Se pueden imaginar la mente de alguien que durante 97 años no ha enfrentado sus problemas? ¿no ha lidiado con sus errores pasados? ¿Cómo enfrentarse y no perder su cordura? Este trauma, por decirlo de alguna manera, lo había obviado. Hasta ahora Yaakov había huido. Huyó de su hermano, huyó de su tierra, huyó de su suegro…. Era el momento de decir ¡No más huir!
En efecto, muchos de nosotros solemos huir y evadir. Esta respuesta es temporal, porque tarde o temprano deberemos enfrentar la situación de la que huimos. ¡Cuánta gente apaga su celular para no contestar a sus acreedores! ¡Cuánta gente renuncia a su trabajo por no soportar la presión! ¡Cuántos dejan de contestar a su expareja para resolver problemas de sus hijos! ¡cuántos dejan por alto visitar a parientes con quienes tuvieron discusiones! En lugar de resolver, decidimos ser como el avestruz, escondernos, hacer de caso que no sucede nada y obviar la realidad. Un día deberás enfrentar tu situación.
Para poner la situación más difícil Dios envía sus mensajeros para anunciar a Yaakov que su hermano saldría a su encuentro. Uno podría pensar, Eterno, ¿Por qué no me mandaste algo más sencillo para lidiar? La medicina no necesariamente será la más fácil, Dios a veces nos manda los peces más gordos para aprender a pescar. Y así empieza esta porción, Yaakov enviando ángeles (mensajeros) delante de él. Quisiera resaltar ahora la medicina que es aplicable a Yaakov, y que nos puede ayudar a resolver el pasado a nosotros.
Primero, no necesariamente debes enfrentar de frente a la persona/situación en primera persona siempre. ¿significa no lidiar? Doy un ejemplo. Tienes un accidente en tu coche, ¿debes ir al juzgado? O, ¿eres responsable delegando a alguien a que lidie en la corte por ti, sea la aseguradora o un representante legal? Esto es totalmente distinto a huir y evadir nuestra responsabilidad. Digamos me he peleado con un hermano o una hermana, ¿porqué no buscas un interlocutor como una madre, un primo, un tío? Esta estrategia es de “ablandamiento de corazón”. Es anunciar que quieres reconciliarte y dejar el pasado.
Segundo, no sólo basta enviar, debes ser especifico en lo que buscas. El verso 5 de Genesis 32 dice: “«Así deben decirle a mi señor Esaú: “Así dice tu siervo Jacob:” “Vayetsav otam lemor koh tomrun ladoni le-Esav koh amar avdeja Ya’akov” וַיְצַ֤ו אֹתָם֙ לֵאמֹ֔ר כֹּ֣ה תֹֽאמְר֔וּן לַֽאדֹנִ֖י לְעֵשָׂ֑ו כֹּ֤ה אָמַר֙ עַבְדְּךָ֣ יַֽעֲקֹ֔ב. Debemos ser específicos en lo que deseamos transmitir y lo que deseamos obtener. Yaakov tenía claro de que su deseo era vivir en paz, pero para lograrlo debía convencer a Esav que era sincero y que no había engaño en su boca, y que el Yaakov de los 15 años y de los 63 años había quedado atrás a sus 97, y que ahora era un hombre transformado. ¿Difícil? Tenemos un dicho en mi país “árbol que nace torcido ni la prensa lo endereza”, pero sabes, para el Eterno a tus 97 años puede transformarte y ser una persona renovada. Leemos al final del verso 6: “señor mío, de que voy a visitarte en amistad, para ganarme el favor de tus ojos”. ¿piensan que alguna vez había hablado claramente así Yaakov con Esav? Pienso que no, su comunicación pudo ser informativa como muchas familias, tenemos información, pero no intención, deseos, motivaciones y sueños. Por ejemplo, sabemos el horario de nuestros hijos o pareja, sabemos qué hacen, sabemos a qué horas hay que recogerlos, pero, esto es ¿información o comunicación? ¿sabes sus sueños? ¿sabes quiénes son sus amigos y por qué tienen afinidad con ellos? Una mala comunicación termina en malentendidos y en separación de familias.
Cuando pensamos que estamos haciendo todo bien, aún vienen más pruebas para sacar lo que hay en nuestro corazón, y dice: “Esav viene con 400 armados” y se activa nuevamente el ciclo de respuesta para huir, leemos que Yaakov “se asustó mucho y se angustió mucho”. Claro, asustado por que los maten, y angustiado de usar la fuerza para matar a otro ser vivo. Y comenzamos a ver que la respuesta siempre estuvo dentro de Yaakov. Comienza ahora a no actuar impulsivamente sino a detenerse y a pensar, a analizar las opciones que tenía. Cuando venga un problema a tu puerta, no corras, cálmate. Incluso si hay un terremoto y fuego no es recomendable salir corriendo, sino que detenerse de manera rápida para pensar en opciones de rutas de evacuación. Ahora su cerebro toma control de la situación y analiza, primero divide el campamento en dos (v.8), segundo, ruega a Dios por ayuda (v.10 “Dijo Yaakov a Dios”), tercero, es consciente de quién es (v.11, “no soy digno de ti y de tu bondad”); cuarto, reconoce de lo que le sucede, quién es y cómo actúa (v.12 “porque tengo miedo de que venga y me ataque a mí y a mi familia, a mis madres y a mis hijos.). Nótese que en su sinceridad pone qué le angustia más, y parece que el orden está invertido. Pienso que un padre de familia diría tengo miedo de que ataque a mis hijos, a mis madres (esposas), a mi familia y a mí; Quinto, no llegar con las manos vacías luego de 20 años sería inapropiado, por lo que envía el primer regalo dividido en 4 momentos distintos (V.14-15); Luego envía el segundo regalo (v.17) dividido en 5 momentos; ¿Cuándo quieres reconciliarte con otra persona sólo quieres que te acepten por tu cara linda? ¡Esfuerzate! Ve y busca algo que le agrade para que encontrar favor a los ojos de quién ofendiste.
Por último, Yaakov debe lidiar consigo mismo. Muchas personas buscan estar siempre ocupadas o acompañados de actividades para no estar a solas. Yeshua dijo: “entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre en secreto”. Es decir, debo mantener un dialogo conmigo mismo, es saludable. Las soluciones previas de Yaakov fueron externas (regalos, dividir campamento, orar), pero esta es la más difícil, leemos en el V.24 “Y Yaakov quedó solo”. Una vez se queda solo, se aparece un hombre, unos dirán que es Esav, otros el angel de Esav, pero Yaakov debió de luchar con él toda la noche. Recuerden, a sus 97 años logró quedarse sólo. Este hombre disloca a Yaakov dejándolo con una señal de cojera, sin embargo, con sus últimas fuerzas al amanecer, Yaakov le exige de que no lo soltará hasta que lo bendiga. Es este es el punto de inflexión, porque Yaakov dice a Esav (su miedo personificado): “Reconoce la bendición que mi padre me dio y que mi hermano niega” dentro de sus palabras: “Bendíceme”. ¿pero cuál es la bendición que recibe? Uno pensaría que la bendición no sería preguntar: ¿cuál es tu nombre? Pero honestamente, pienso que esta fue la bendición. Porque esta pregunta ¿quién eres? ¿Cómo te llamas? Al decir Yaakov, vino el pasado en un solo segundo, y Yaakov reconoce que él es quien tuerce la realidad y los tiempos para obtener lo que desea, y que es la representación de la artimaña y el engaño. Y es entonces, al reconocer quién es, que permite que se le conceda un cambio de nombre. ¿Cuántos necesitamos un cambio de nombre hoy en día? Su nombre ahora es Israel, “Nobleza (príncipe de Dios), quién lucha con Dios, quién prevalece o esfuerza con Dios, quien ve a Dios o quién va directo a Dios”. Yaakov finalmente lucha con su lado espiritual y con los hombres (Esav y Labán) y vence.
Al final, el Yaakov que despreciaba a su hermano, ahora está invalido (cojeaba) y aun así se postra delante de su hermano 7 veces, esto ablanda a su hermano porque ve a un Yaakov distinto, ve a Israel. Hoy en día, ¿Qué te detiene para avanzar? ¿estas estancado en tu vida? ¿tienes relaciones enfermizas que hay que reestablecer? Recuerda que luego de este episodio Yaakov se aleja de Esav, reestablece su relación a shalom, pero sabe que no conviene esta relación cercana. Asimismo, no necesariamente al reestablecer la paz con otra persona requiera “convivir con esta persona nuevamente”, especialmente si las personalidades son incompatibles, también debemos ser sabios.
Mi oración para este Shabbat es que avancemos, que no estemos bloqueados y que las promesas de Dios se cumplan para cada uno de nosotros.
Shabbat Shalom.
Mauricio Quintero