Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo. Albert Einstein.

Lej Leja – Vé hacia ti…. A tu Interior……

Esta porción nos relata la historia de un personaje que fue introducida en la porción anterior de Noaj en el capítulo 11:26 de Bereshit: “Después de haber vivido setenta años, Téraj tuvo a sus hijos Abram, Najor y Harán”.

Leemos en la Torá en el capítulo 11 de Bereshit sobre quiénes fueron los antecesores de Abram dentro de los cuales figuran Noaj, Shem y Eber. Además existe un paralelo que nos da la idea la cual se desarrolla en el Talmud (Baba Batra o en Genesis Rabá) que en aquellos días el mundo era gobernado por un descendiente de Cush, hijo de Cam, el hombre poderoso llamado Nimrod, quién funda distintas ciudades dentro de las cuales se encuentra Ur, y que de acuerdo con la tradición judía, el padre de Abram, Teraj era tenía una función destacada como sacerdote de ídolos y general en el ejército del temible Nimrod.

A pesar de que no contamos con pruebas históricas o arqueológicas que demuestren las historias del Talmud, lo cierto es que Abram (Av- padre Ram- Excelso) de una edad adulta y con esposa y bienes materiales en su haber, según la tradición a los 52 años, decide salir de Ur de los Caldeos acompañando a su padre Teraj como leemos en Bereshit 11:31.

Es interesante entonces, ver, que quién decide salir de Ur (aunque no se diga su propósito o razones) según la Torá de Ur es Teraj, ya que simplemente describe que Teraj se lleva a sus dos hijos que le quedaron vivos: Najor y Abram quienes eran ya adultos formados, y nos relata el texto que en llegaron a la ciudad de חָרָן (Harán), la cual quedaba cerca de la zona en donde Noaj había dejado el Arca, ambas ciudades en la actual Turquía. Harán o Harran, significa según algunos eruditos seco, camino o encrucijada.

Si vamos hilando estas historias, parece ser que Teráj estaba deseando retornar a sus orígenes, posiblemente huyendo del dolor de haber perdido a un hijo, o quiso ir a buscar a sus ancestros Shem y Noaj en una búsqueda espiritual o para hallarle sentido a su vida, sin embargo, quedó en el medio del camino entre Ur y la Tierra de Canaán. Algo que podríamos pasar por alto, es el hecho que Abram decide obedecer a quién ve, es decir, a su padre, honrarlo, y de alguna manera esto generó un mérito que no pasó desapercibido por Di´s. Luego pasaron 25 años entre Bereshit 11:32 y Bereshit 12:1 cuando a la edad de 75 años Hashem le habla a Avram, de que la ciudad de Harán sólo era una ilusión temporal, que dicha ciudad no era el fin del trayecto al que el Eterno había planificado para su vida. Nuevamente, Abram sale a ciegas, porque Dios le dice: “…. y ve a la tierra que te mostraré. (Bereshit 12:1)”

Claro, me imagino de alguna manera los problemas maritales que esto pudo haber generado a Abram, primero, decide salir con su padre a un área desconocida a los 52 años pudiendo poner de pretexto “Saray, mi amor, vamos con mi familia hacia un lugar desconocido”…..¿pueden imaginarse este problema inicial? Tanto de Abram de no saber hacia dónde va su padre, y luego de estar 25 años en Harán, llegar nuevamente donde su esposa y decirle: “Sarita, corazón mío, fíjate que escuché la voz de Dios que me dijo: Vete de acá, y ve a un lugar nuevo que te mostraré, ¿me acompañas? Y cuando le responde Saray a él y le pregunta: ¿Y adónde me llevarás? Abram responde: “No sé, sólo me dijo que en el camino me mostrará el lugar….” Me puse en los zapatos de Abram, y si hubiese sido mi esposa quien escucha este diálogo, seguramente se negaría o me persuadiría de que no estoy bien de la cabeza para hacer semejante aventura. Usualmente al imaginarnos esta escena, tendemos a ver poner en un pedestal la fe de Abram, pero creo que hay que poner en un pedestal la gran fe de Saray de confiar en su esposo y de acompañarle, de confiar que él escuchaba su voz y decidir aventurarse a lo desconocido. En lo personal pienso que si mi papá decidiera irse en estos momentos hacia un lugar desconocido difícilmente lo acompañaría, y digamos que decido acompañarlo y establecerme en una nueva ciudad durante 25 años, pensaría aún más salir de esta nueva ciudad para rehacer mi vida a los 75 porque pensaría en todos los costos y desgastes que esto implicaría, realmente no sería una tarea fácil. Me quito el sombrero porque tomar este tipo de decisiones implica dos cosas: Uno estar seguro de que Dios me habló, y dos, Tener una relación con Dios muy íntima para diferencia Su Voz de la mía o de la de otros.

Otra lección muy importante, es que Abram capta la voz Eterna en su mente, brotando de lo más profundo de su ser, en el momento que no había consumado el pacto físico de la circuncisión con Dios. Esto es algo muy poderoso, todos los hombres desde Adán hasta Abram no eran circuncidados, no existía el judaísmo, de hecho no había una concepción clara monoteísta, sino más bien el mundo luego del Diluvio se había vuelto idolatra, henoteísta y panteísta. Esto es algo fundamental y poderoso, no debemos ser circuncisos para hablar con el Eterno, cualquier persona humana puede hablar con Dios, servir a Dios, temer a Dios, caminar en Sus Sendas y amar a su prójimo. Dios no tiene etiquetas religiosas, de hecho, no necesita ninguna religión para existir, la religión lo único que hace es generar reglas y poner en orden patrones de pensamientos, pero qué alegría como dice Shemot 33:19 “y haré merced a quien Yo haga merced, y usaré de misericordia con quien Yo use de misericordia.”, en este sentido, habla Rab Shaul a la Kehilá de Roma capitulo 9:16: “Por lo tanto, la elección no depende del deseo ni del esfuerzo humano, sino de la misericordia de Dios.” Y por ello el profeta Oseas recibe la inspiración Divina cuando escribe en su libro en el capítulo 2:25 “Y diré a los que no son Mi pueblo: “Vosotros sois Mi pueblo”, y dirán: “(Tú eres) Dios mío.” Es decir, ¡Qué alegría! Dios es el Dios de todo lo creado, lo visible, lo invisible, y no importa tu origen, puedes iniciar una relación con El.

Si han sido cuidadosos en la lectura, aparentemente hay una contradicción entre la historia escrita, ya que en el capítulo 11 nos dice que es Teraj quien sale de Ur, y en el capítulo 12 que es Abram a quién se le ordena salir. Mientras lo estudiaba muy lentamente, me recordé de lo que nuestro RANEBI muchas veces nos explicaba, la Torá no está escrita de manera cronológica, sino de manera de importancia de la lectura. Si leemos detenidamente, el capítulo 12:1 dice, “Y dijo el Eterno a Avram:

1- Vete – lej leja- לֶךְ־לְךָ֛  

2– de tu tierra -me’artseja- מֵֽאַרְצְךָ֥

3-de tu lugar de nacimiento -umimoladeteja- וּמִמּֽוֹלַדְתְּךָ֖

4- de la casa de tu padre -umibeyt avija- וּמִבֵּ֣ית אָבִ֑יךָ

5- a la tierra que te mostraré” – el-ha’arets asher ar’eka.- אֶל־הָאָ֖רֶץ אֲשֶׁ֥ר אַרְאֶֽךָּ

 Cuando desglosamos el texto, se resuelve la aparente contradicción: ¡En una sola frase está resumiendo el mensaje que había recibido Abram en 75 años! Lo bonito de este mensaje que tomó 75 años a un hombre resolver este verso que está divido en 5 escaños como previamente leemos, Primero, vete. Vete hacia adentro, busca dentro de ti, allí está la Divinidad, la chispa Divina está dentro de ti. Esto aplica para todo ser humano, es una ley universal. La conciencia de que Dios está en nuestro ser interior no todos los seres humanos la tienen viva, pero esto es muy simple, dice Bereshit 2:7 “Y el Señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz alma de vida, y el hombre se convirtió en alma viviente.” Es decir, este es el hálito de vida que al momento de nacer todos recibimos, y que hace la diferencia entre un cuerpo con vida y uno inerte. Este hálito de vida es el soplo Divino que nos da la conciencia de vida, es parte de la imagen Eterna puesta en seres limitados, y es en este lugar de donde proviene esta conexión con la Divinidad, unos dirán que está en la glándula pituitaria que recibe estas vibraciones de los sentidos etéreos, pero de la cual todos tomamos conciencia en mayor o menor medida de la percepción de la Divinidad dentro de nosotros y fuera de nosotros. Por ello más adelante dice Devarim 30:11,14 “Porque este mandamiento que te ordeno hoy no te es encubierto ni está lejos de ti….. sino que la palabra está muy cerca de ti, en tu boca y en tu corazón, para que la pongas por obra.” Por ello debemos de ver hacia adentro de nosotros, allí está Dios, profundizar en nuestro ser para llegar a reconectarnos con el Eterno.

Segundo, dice que salga de su tierra natal. Esto encaja con las ideas desarrolladas en el Talmud cuando dice que Abraham al momento de nacer fue sacado de su tierra para preservar su vida en una cueva ya que se había decretado su muerte por parte de Nimrod, y que al crecer Abram busca a Noaj y a Shem quienes amplían la conciencia del monoteísmo en él. Luego él retorna a su tierra natal y ahora Dios le dice “sal de tu tierra”, esto caza la idea de salir de la “tierra” ¿Cómo sabemos que hubo una conexión entre Noaj y Shem con Abram? Simple, cuando Abraham nace, Noaj tenía 892 años y Shem 390 años, incluso Abram muere y aún sigue vivo Shem, Noaj muere cuando Abram tenía 58 años.

Tercero, sal del lugar de tu parentela. Parece que es Abram quién recibe y capta la voz del Eterno para salir de Ur, pero la Torá es tan protectora en el hecho de no dejar mal parado al padre de Abram, que da mérito a Teraj de salir de Ur, poniendo a Abram como un seguidor hasta Harán. Sin embargo, por lo que está escrito, parece que Abram no se hubiera movido sino hubiera escuchado previamente la voz del Eterno de salir y tener esta convicción, confianza y certeza de que era Dios quien los estaba moviendo de lugar. Abram tuvo que dejar supongo familia en Ur.

Cuarto, sal de la casa de su padre. Este mensaje seguramente lo recibió mientras su padre aún vivía, sin embargo, concretó esta orden al morir su padre, y no fue castigado por ello, puesto que estaba honrado a su viejo padre para no ser causa de tristeza y adelantar su muerte. Hasta en ello vemos el principio de que los mandamientos son para vivir. Sin embargo, aunque no sabía hacia dónde iría, sabía que debía separarse de su hermano Najor a los 70 años aproximadamente ya que según los sabios hay posturas que su viaje duró entre 3-5 años de jornada.

Quinto, a la tierra donde te mostraré. Es obvio desde el punto de vista como hombre y jefe de casa, que es difícil ofrecer una vida nómada a una esposa y a todos quienes lo seguían, y a su aparente heredero en aquel momento, Lot. A veces me cuestiono los motivos de Lot de seguirlo, pues es bien clara la idea de que Lot y sus posesiones eran uno sólo, como leemos en Bereshit 14:12 “Y tomaron a Lot y sus posesiones, hijo del hermano de Abram”, retomo lo escrito por el Rab Eli Resnick cuando dice “¿El pasuk no debería decir “y tomaron a Lot, hijo del hermano de Abraham y a su patrimonio”? la respuesta es clara, el patrimonio y Lot eran lo mismo, eran uno solo”. Lot significa “velo” y parece que había cegado por las posesiones materiales y esto hizo que al final se quedara en una cueva sin esposa, con un problema de hijas y SIN NADA material.

Por otra parte, vemos que Abram salió sin saber adónde iba, como dice Hebreos 11:8 “Por la emunah Abraham, al ser llamado, obedeció, saliendo para un lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber adónde iba”. Me gustó una idea desarrollada por Jabad que leí esta semana, en donde dicen que Abraham estaba acostumbrado a obrar por sí mismo y hacer lo correcto, pero no se abrió la bendición para él, sino hasta el momento que obedece la voz, como citan textualmente “Esta es la primera vez que Hashem habla directamente con Abraham y le ordena hacer algo. Y Abraham lo hace inmediatamente, creyendo en Hashem sin cuestionar. En las otras historias, Abraham hace las cosas por sí mismo[1].”

La mayor bendición de un hombre es conocer su propósito, y está bendición le es dada a Abraham en el 12:2 cuando dice “serás una bendición”. Ya que Dios bendice a Abraham y todo lo que el bendice no puede ser maldito, dice el siguiente verso que bendecirá a quienes reconozcan el mandato de Dios y maldecirá a quiénes cuestionen el mandato de Dios de que Abraham es una bendición.

Muchas veces en la vida tratamos de obtener resultados diferentes haciendo lo mismo todos los días, siguiendo patrones de comportamiento y de conducta, o siguiendo filosofías, culturas o modas. Pero esto no producirá cambios en la vida, en nuestro ser. Seguir la moda por ejemplo de “muerte a Israel”, o seguir modas antisemitas de la defensa de Israel al tratar de defender a quienes maldicen y matan a los judíos, no producirá bendiciones para nuestras vidas. Debemos abrir los ojos. Debemos actuar como Abraham, pensando distinto y en contra del pensamiento reinante de su época. Esto sólo se logra a través del conocimiento de Dios y de sus atributos por medio del estudio de la Torá, sin embargo, conocer la letra no es suficiente, también debemos aprender a relacionarnos con él, a platicar con él diariamente, y a meditar para cerrar la boca y abrir el oído a la espiritual y así captar su voz.

Si despertamos este don espiritual, veremos a Dios en las situaciones de la vida cotidiana, en lo bueno, en lo aparentemente malo, en el prójimo, en la Creación, en los mensajes de vida, y sobre todo, en esa voz interna que para responderle como Abraham y el profeta Isaías 6:8 “Heme aquí”, un heme aquí de estar dispuesto a creer y obedecerte a Tu Voz Eterno sobre las culturas, modas, pensamientos, patrones de conducta y tendencias vanas. Al hacerlo seremos UN (EJAD), UNA BENDICIÓN para las personas alrededor nuestro. Recuerda, lo que Dios ha bendecido, ¿quién podrá maldecirlo? Recuerden las palabras del malvado Bilam en Bamidbar 23:8: “¿Cómo maldeciré a quien no ha maldecido Dios?”. Es mi oración que se vean benditos del Eterno, ni siquiera se atrevan a hablar mal de ustedes mismos, Dios ya nos bendijo en los méritos de nuestros padres y madres, lo que debemos es decir obedecer con Emunah, al creer al Eterno dejarás de hacer las mismas acciones infructíferas y seremos una bendición.

Shabbat Shalom

Sr. Mauricio Quintero

[1] https://es.chabad.org/library/article_cdo/aid/578173/jewish/Escuchar-a-Di-s.htm